miércoles, 3 de octubre de 2007

Poemas del albañil (1976)



Grabado: Apolinar Suárez.
Mojinete 5. Colección de Poesía.
Director: Segundo Cancino.
Dirección: Av. Bolognesi 889. Tacna – Perú
Se terminó de imprimir en julio de 1976 en la editorial “Santa María”- Tacna



método de canto
Necesariamente acomodo
la vieja tabla de escribir y
parapetado con mi Remington
vigilo el leve movimiento
de las hojas entre la sombra
donde subsiste el silencio.
Y no podría ser de otro modo
el método digital ahora en
que para vivir como para cantar
hay que pensar en voz alta
y no tener ninguna duda.

homenaje a hesíodo
Sacudiendo el polvo de mil proezas
me pongo a hablar del alto costo de vida
y la escasez del pan y el kerosene
en tanto me compongo con un poco de sopa
y otro tanto de ternura
con mi mujer y mis hijos.
Luego sonrío
de verme en un rincón haciendo versos
de homenaje a un lejano antecesor mío:
el venerable poeta Hesíodo. Cantador
de plectro en pecho y trabajador primero.

de un lado a otro
De todos lados
apunta el hambre autoritariamente
con cara de burócrata voz de cobrador del fisco
con anteojos de celador dedos de especulador
con ademanes de contratista y gorra municipal.
De todos modos apunta el hambre
en tanto nos preguntamos
¿en qué región vive el pan?
Y el pan no vive.

geopolítica
Ya se extiende tanto el silencio
como el hambre por el estío,
va desplegándose por el piso,
apostándose detrás de los objetos
y generalmente significa la ruina
y destrucción del amor y la familia.
Avanza, nos sigue y nos observa
con su parámetro inquisidor
puesto en cada esquina, anota
si escribes, si descansas, si fornicas
y según las reglas y la consigna
pinta su cruz gamada sobre tu puerta.

elegía a un ciudadano desconocido
No sé si alguna vez tuvo certeza
de su origen, su terrón y su trabajo:
si en otra hora amó, luchó y enarboló
el sudor de sus coyunturas;
si anduvo con los suyos
destruyendo falacias y musarañas;
si algún tiempo le disgustó el pan
compartido en pedacitos.
Pero cierto es que ahora está
besando al crucero del duro pavimento.

y el poeta suma y sigue
Y a peso de los pesares
de los saldos y salarios denegados
de los días caídos a punta de portazos
de las noches cerradas a punta de metrallas
y matanzas a mansalva.
Y a pesar de todo
todo prole el poeta se levanta
levanta su desgracia y sigue
sigue su pancarta y su camisa rota
rota su guitarra y su pulmón a gritos
gritando decididamente ¡no! al genocidio.

profesión y fe
Nueve mil lunas hace
que he pasado noches como ésta
en que escribo versos
como un procedimiento
de decirle ¡no! a la puerca muerte
y así darme el lindo trabajo
de pulsar el teclado
tan parecido a un piano
sin recordar la cara
que nos muestra el hambre.

poema del tránsito
Insisto en poner señales
cada cien mil pasos de un punto a otro
(y en poesía cada ciento de versos)
y volver el rostro con ira y/o alegría
según convenga a la varia situación
y no olvidar ningún instante
debidamente expuesto
para las circunstancias del retorno.

Rosseta, Hugo strasser y yo
Rosseta es una muchacha morena y lista
con un claro olor a heno de los campos
que baña el Missisipi
según va explicando Hugo Strasser
con el cromo de su saxo alto
y/o con su obscuro clarinete
en tanto yo
suspendido en el andamio
cumplo peligrosamente con ganarme el pan
y trato de algún modo de mirar el horizonte
y bajar pronto para hallarme con Rosseta
y hacer estallar el grito ¡viva la revolución!

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